Se dice que el 2020 es el año de la tecnología 5G. Los coches autónomos, las casas inteligentes, los videos en ultra HD, los videojuegos en streaming, el transporte interconectado y la futura desaparición de los semáforos son algunos de los avances que traerá consigo esta tecnología.
Pero vamos por partes: ¿cuál es la diferencia entre la red 4G que utilizamos actualmente y la 5G que está por salir al mercado? La frecuencia. Hoy día, las redes celulares transmiten a una frecuencia de entre 700 MHz a 3,500 MHz. La red 5G tendría una frecuencia de hasta 73,000 MHz. ¿Y esto qué significa? Mucha mayor velocidad de transmisión de datos.
Para comparar en términos reales qué tan rápida será su velocidad de conexión, podemos decir que permitirá velocidades reales de por lo menos unos 100 MB por segundo. Es decir, será al menos cuatro veces más rápida que la tecnología 4G. ¿Qué podemos hacer con esto? Podremos descargar o transmitir videos en 8K o una película 3D entera en tan sólo 6 segundos.
Además, la red 5G tendrá una latencia ultra baja; es decir, un tiempo de respuesta de prácticamente cero. Esta particularidad es necesaria para otros adelantos tecnológicos como los coches autónomos, pues deben estar conectados de manera ininterrumpida y contar con una excelente velocidad de conexión para evitar accidentes. Se espera que en un futuro, la interconectividad de los automóviles a nivel mundial haga desaparecer los semáforos, que ya no serían necesarios con esta tecnología, pues los automóviles se comunicarían entre sí.
Con un tiempo de respuesta cercano a cero, también podríamos tener comunicación permanente con nuestro hogar y, por supuesto, experimentar videojuegos en línea con mucha mayor fluidez.
Pero para poder disfrutar de todas estas maravillas primero tenemos que sortear varios obstáculos. Primero, una vez que esté desarrollada la red de antenas que transmitirán la señal, las compañías telefónicas tendrán que sacar a la venta chips y equipos móviles que soporten tal velocidad.
Otro de los grandes obstáculos es que las altas frecuencias son muy potentes a corta distancia, pero a mayores distancias se vuelven más débiles, por lo que en carretera no podríamos disfrutar de una velocidad 5G, por el momento. Asimismo, la alta frecuencia de esta tecnología no puede atravesar paredes y muros, por lo que tendría que instalarse una antena por habitación, en dado caso. Es por eso que nuestro actual 4G no desaparecerá todavía, sino que se complementará con el 5G entrante, hasta que paulatinamente la infraestructura y las consecuentes investigaciones den pie a una migración total y a una conectividad permanente, estable e inmediata.
Pero vamos por partes: ¿cuál es la diferencia entre la red 4G que utilizamos actualmente y la 5G que está por salir al mercado? La frecuencia. Hoy día, las redes celulares transmiten a una frecuencia de entre 700 MHz a 3,500 MHz. La red 5G tendría una frecuencia de hasta 73,000 MHz. ¿Y esto qué significa? Mucha mayor velocidad de transmisión de datos.
Para comparar en términos reales qué tan rápida será su velocidad de conexión, podemos decir que permitirá velocidades reales de por lo menos unos 100 MB por segundo. Es decir, será al menos cuatro veces más rápida que la tecnología 4G. ¿Qué podemos hacer con esto? Podremos descargar o transmitir videos en 8K o una película 3D entera en tan sólo 6 segundos.
Además, la red 5G tendrá una latencia ultra baja; es decir, un tiempo de respuesta de prácticamente cero. Esta particularidad es necesaria para otros adelantos tecnológicos como los coches autónomos, pues deben estar conectados de manera ininterrumpida y contar con una excelente velocidad de conexión para evitar accidentes. Se espera que en un futuro, la interconectividad de los automóviles a nivel mundial haga desaparecer los semáforos, que ya no serían necesarios con esta tecnología, pues los automóviles se comunicarían entre sí.
Con un tiempo de respuesta cercano a cero, también podríamos tener comunicación permanente con nuestro hogar y, por supuesto, experimentar videojuegos en línea con mucha mayor fluidez.
Pero para poder disfrutar de todas estas maravillas primero tenemos que sortear varios obstáculos. Primero, una vez que esté desarrollada la red de antenas que transmitirán la señal, las compañías telefónicas tendrán que sacar a la venta chips y equipos móviles que soporten tal velocidad.
Otro de los grandes obstáculos es que las altas frecuencias son muy potentes a corta distancia, pero a mayores distancias se vuelven más débiles, por lo que en carretera no podríamos disfrutar de una velocidad 5G, por el momento. Asimismo, la alta frecuencia de esta tecnología no puede atravesar paredes y muros, por lo que tendría que instalarse una antena por habitación, en dado caso. Es por eso que nuestro actual 4G no desaparecerá todavía, sino que se complementará con el 5G entrante, hasta que paulatinamente la infraestructura y las consecuentes investigaciones den pie a una migración total y a una conectividad permanente, estable e inmediata.



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